lunes, 20 de septiembre de 2010

El día que me encontré a Tláloc en Coatlinchán

Con el dicho: “la aventura nos aguarda” mis amigos y yo nos lanzamos a explorar los campos y serranías del poblado Coatlinchán*, en el municipio de Texcoco Estado de México; con el objetivo de subir el cerro-montaña Tláloc**.

Arribamos a la población de Coatlinchan por la carretera a Texcoco, como a las 9:30 de la mañana del viernes 17 de septiembre del 2010 (intentando hacer la escalada-senderismo del Bi-centenario).

La exploración la iniciamos terminando la calle Insurgentes, encontrando a nuestro paso sembradíos de cereales y algunas milpas; buscando y haciendo senda ascendimos al primer cerro frente a la población (o detrás según la perspectiva), llenando nuestros ojos de hermosos paisajes y los pulmones de aire fresco de la campiña texcocana.

A las dos horas de iniciado el camino y después de ubicar un “camino rural” avanzábamos por una ruta que según indagamos nos llevaba a un lugar conocido por los lugareños como “Tula”, zona cercana según nos dijeron al cerro Telapón, lugar al que consideramos nos alejaría un tanto de nuestra meta; así que el “líder” de grupo en conjunto con la expedición acordamos cambiar el rumbo de nuestros pasos; bajamos la pendiente inmediata hacia el sur ya que se podía observar un camino; después de una dura bajada y una hora por querer encontrar la manera de pasar una profunda barranca que se nos interpuso (y que desde las alturas no se mostraba tan desafiante) regresamos al punto de partida del camino, que no comenté era un acantilado vertical nido de águilas rapiñeras...

Con los ánimos decaídos por sentir que regresábamos casi en su totalidad, vislumbramos en la lejanía un camino de postaje eléctrico que según averiguamos más tarde es un camino para subir a un centro de rehabilitación; este camino es el punto de referencia para localizar la ruta de ascenso en la zona, como lo comentaré más tarde.

Ya ubicado en el nuevo inicio, cruzamos por el puente de piedra un lugar precioso que es al parecer la entrada de una mina abandonada y a su vez el inicio de la cañada sur-poniente de la población; esta cañada fue la referencia guía para adentrarnos en la sierra nevada, la cual recorrimos por más de tres horas, acompañados de una llovizna constante que por momentos arreciaba impidiendo las tomas fotográficas y el disfrute de los paisajes, ya que la neblina impedía ver los cerros adyacentes.

La fuerte y costante lluvia con el bosque denso aunado al cansancio de seis horas de caminata continua, nos llevaron a decidir improvisar un campamento con todos los errores que pudimos cometer; no quisiera enumerarlos porque mi sentido comun me indica que me expongo gratuitamente a un par de reprimendas por los expertos en el tema, así que seguire narrando que la lluvia nos cantó su melodía toda la noche, cesando por periodos breves impidiendo que pudiéramos hacer una fogata nocturna para secarnos la humedad.

A la mañana siguiente con el buen ánimo que la montaña te regala, encendimos fuego y desyunamos caliente; ya con el corazón en la mano inquirimos que para llegar a los manantiales nos faltaban tres horas de camino, medimos los suministros; el agua que preparamos abundantemente se había agotado y los alimentos no aguantarían un día más, así que se decidió emprender el regreso.

Por el camino nos encontramos con diferentes personas, todas a caballo o en burro; entre ellas conocimos a Don José que nos platicó que el vivió una historia fantastica como solo en los pueblos se cuentan, y es que nos platica que tenia en su casa un “pinguito”(***) que hacia “travesuras”, él, respetuoso de las deidades antiguas le construyo un “nichito” para tenerlo ahí; a lo cual el “pingo” se bajaba y amanecia a la cabecera de la cama de Don José poniendole sus “sustos”, así que cansado de esta situación Don José decidió llevarlo al monte (cerca de donde dormimos la noche anterior), lo enterró hasta el cuello y desde entonces ahí lo tiene, visitandolo de vez en cuando así como ese día en que nos lo encontramos en el camino de regreso.

En la medida que nuestros pasos reconocían el camino andado el día anterior el cansancio se desvanecía por querer llegar a la comodidad de nuestros hogares; por ello al llegar a la “cruz” y agradecer su protección al asomarnos por la cañada ni se imaginan quien nos llamaba a visitarlo, nada mas y nada menos que el mismo Tláloc en persona, tuvimos que descender una empinada peligrosa pero ahí estábamos junto al Dios de la lluvia, sonriendo gustozos por la aventura vivida.

¿Te atreverías a buscar el lugar donde Don José enterró a su pinguito?


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* En la casa de la serpiente.

** Néctar de la tierra
*** Posiblemente una figurilla prehispánica


Nota:

La ruta 91 que corre de “Chapingo” a Coatlinchán “por Gonzalez” te sube por la carretera a “montecristo” y te deja sobre la avenida de postaje eléctrico que lleva al centro de rehabilitación; ahí es el punto de partida para ascender hacia la sierra nevada.

Si alguna vez quieres subir y explorar invítanos a acompañarte, gustosos nos pondremos deacuerdo.

Te dejo el mapa que trate de seguir, lo tomé del Blog de http://tlamatzinco.blogspot.com


5 comentarios:

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  3. Hola Shannon Eunice,

    Me encantó tu reseña, de hecho ese es el propósito del blog de mi padre, escribir sobre las experiencias, escribir y más escribir.

    Te confieso que yo siempre he subido al Monte Tlaloc por Río Frío y sólo dos veces he bajado por Coatlinchán, en ambas ocasiones nos hemos perdido, también bajamos y subimos cañadas y también nos hemos quedado sin agua. Tu naración, nomás de acordarme de nuetras experiencias, me secó de nuevo los labios!

    Sigan con ese espíritu aventurero en nuestro bello México. Felicidades al grupo. -"La aventura nos aguarda", saludos, Xotla.

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  4. Felicidades, por su visita, les comento que si gustan volver a esta aventura podemos quedar de acuerdo para que un guia capacitado les oriente por donde puedan llegar hasta el Tlalocan, parte mas alta del Monte Tlaloc, Aqui en el Ejido de Coatlinchan, tenemos un proyecto de campismo de baja y alta montaña, apoyados por Semarnat, contamos con cuatro parajes destinados para acampar, guias capacitados que los acompañan en el recorrido tipo interpretativo en el cual ustedes conoceran la flora y la fauna del lugar, además de la parte historica, cultural y arqueologica del lugar. Escriban a umatlaloc.servicios@gmail.com para mas informes. En Google earth puedes ver la cabaña que es base de estacion, si quieren seguir el recorrido o ahi pasar la noche en fogata y una buena charla. disfrutando del paisaje. Los esperamos nuevamente. Saludos. UMA-Tlaloc, "Historia en tu aventura" Tlalocan-Campismo.

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  5. Al igual que mis hermanos de UMA, somos Ruta Koatchiz (Serpiente de fuego) de la comunidad de Coatlinchan, grupo de tradición oral, para orientarlos acerca de la historia de la montaña sagrada, Tlaloc. Donde les ofrecemos estar en pleno contacto con la madre naturaleza, "ver, oír y sentir el silencio de la montaña y encontrase con uno mismo". Espacios únicos, donde podran apreciar de oriente a poniente el extinto lago de Texcoco, y AHI donde la montaña sagrada les indicó a los antiguos MEXICAS, donde fundar la antigua Tenochtitlán. Donde podrán ver, si lo permite el tiempo y la contaminación la "esencia del águila", símbolo de la fundacion del México antiguo" esto y más.
    Visítanos en www.koatlinchan.jimdo.com, allí encontraras la historia del lugar, fotos de las dos ruta que ofrecemos y si te interesa escríbenos al correo de koatchiz en "contacto". Soy tu servidor Yaotlakuani.

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